Fuente de los Siete Caños
Los Siete Caños de Lamia han sido un punto de referencia para la ciudad. Residentes, profesionales, huéspedes y viajeros disfrutan de su frescura durante más de un siglo. Este tesoro escondido se encuentra detrás de la Iglesia Metropolitana y forma una pequeña plaza entre los edificios con las pequeñas tabernas y los ouzeri (tiendas que sirven ouzo) de la ciudad. La historia de los Siete Caños empieza en el lejano 1877, cuando la ciudad de Lamia, bajo el mando del alcalde Trakas Komnas, decidió crear un espacio público que proveerá agua a los ciudadanos para sus necesidades diarias, pero también a los viajeros que necesitaban un lugar para saciar su sed y de sus animales. Se eligió el lugar central cerca de la plaza Laou y la plaza Eleftherias, ya que muchos comercios, hoteles y residencias había alrededor. En el mismo lugar una fuente pública prerrevolucionaria existía, que en esa época era el más grande de Lamia y estaba compuesto por siete caños separados. Así, se crearon los siete caños, que han conservado su nombre hasta ahora. Los siete caños son de mármol y de ellos corre agua fresca continuamente. Durante décadas, sus boquillas fueron en forma de rana cuya boca fluyó el agua. A pesar de su reemplazo, su encanto original se mantiene intacto y sigue grabado en la memoria de los habitantes. Por encima del caño central hay una inscripción de piedra que indica: “1877 Gasto municipal”. La región de los Siete Caños no es solo un lugar refrescador, sino también un lugar con una rica historia y patrimonio cultural. Es un lugar donde residentes y visitantes pueden relajarse, descansarse y disfrutar de la calma y del encanto de la antigua ciudad de Lamia aunque están en el centro de la ciudad moderna.
Fuente de los Siete Caños
Los Siete Caños de Lamia han sido un punto de referencia para la ciudad. Residentes, profesionales, huéspedes y viajeros disfrutan de su frescura durante más de un siglo.
Este tesoro escondido se encuentra detrás de la Iglesia Metropolitana y forma una pequeña plaza entre los edificios con las pequeñas tabernas y los ouzeri (tiendas que sirven ouzo) de la ciudad.
La historia de los Siete Caños empieza en el lejano 1877, cuando la ciudad de Lamia, bajo el mando del alcalde Trakas Komnas, decidió crear un espacio público que proveerá agua a los ciudadanos para sus necesidades diarias, pero también a los viajeros que necesitaban un lugar para saciar su sed y de sus animales. Se eligió el lugar central cerca de la plaza Laou y la plaza Eleftherias, ya que muchos comercios, hoteles y residencias había alrededor. En el mismo lugar una fuente pública prerrevolucionaria existía, que en esa época era el más grande de Lamia y estaba compuesto por siete caños separados. Así, se crearon los siete caños, que han conservado su nombre hasta ahora.
Los siete caños son de mármol y de ellos corre agua fresca continuamente. Durante décadas, sus boquillas fueron en forma de rana cuya boca fluyó el agua. A pesar de su reemplazo, su encanto original se mantiene intacto y sigue grabado en la memoria de los habitantes. Por encima del caño central hay una inscripción de piedra que indica: “1877 Gasto municipal”.
La región de los Siete Caños no es solo un lugar refrescador, sino también un lugar con una rica historia y patrimonio cultural. Es un lugar donde residentes y visitantes pueden relajarse, descansarse y disfrutar de la calma y del encanto de la antigua ciudad de Lamia aunque están en el centro de la ciudad moderna.
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